Con buen tiempo y una pequeña tregua con la pandemia, Pamplona vivió ayer un San Fermín Txikito un poco más grande. Tras un año de parón, en un formato reducido por las restricciones del coronavirus y en colaboración con la Federación de Danzas, Navarjota celebró de nuevo la Concentración de la Jota Navarra San Fermín de Aldapa-San Fermín Txikito. Sirvió de homenaje a Javier Erice Astiz y Juan Pedro Aramendía García, referentes de la jota navarra bailada. «En esta tierra tenemos mucha riqueza y queremos potenciar la jota cantada y bailada con actos comunes», dijo Laly Jausoro, presidenta de la asociación. Puso el ejemplo de Las Pamplonas, versión que se canta y baila. De bailar sabían mucho los dos homenajeados ayer.
Juan Pedro Aramendía García (Sangüesa, 1948), se interesó desde muy joven por el folklore euskaldun. En 1972 fundó Rocamador Dantza Taldea. Recuperó el ttun ttun de Roncal, la neska dantza de Jaurrieta y creó dantzas propias como el Cantarico, asentando así un repertorio vivo, propio y duradero, como recordaron ayer en el homenaje. Destacaron especialmente «el sostenimiento, promoción y divulgación de la Jota Vieja de Sangüesa-Zangoza, conocida como la estudiantina, pieza de gran arraigo popular en su ciudad y que siempre se vincula a todas y cada una de las actuaciones de Rocamador».
Javier Erice Astiz (Pamplona, 1940) formó en 1972 Iruña Taldea, que 50 años después sigue en funcionamiento. También fue uno de los promotores de Euskal Dantzarien Biltzarra en Navarra y se implicó en la organización del Dantzari Eguna de 1978 en Pamplona, un punto de inflexión para la realidad de la danza folklórica en Navarra».