‘La Jota, el alma de este pueblo’

Nadie sabe dónde ni cuándo nació la jota, pero sí lo que ha sido para el pueblo aragonés. La jota ha servido como canto de sosiego para los segadores que trabajan largas jornadas bajo el sol de nuestros campos, y se convertía durante su faena en un grito de alegría y libertad. Nuestros antepasados durante sus oficios, se han rodeado siempre de tonadas específicas y de bailes que celebraban la llegada del descanso.

Aragón es una región llena de rincones diversos en los que se descubre como la jota es una expresión espontánea del pueblo, con personalidad propia en cada una de sus comarcas, forjando en las gentes de estos lugares caracteres diferentes y sobre todo unas tradiciones con características diversas.

La Jota llegó a los grandes escenarios, llegando así a su época de máximo esplendor. Fue interpretada por grandes figuras de la época, llevada incluso a las pantallas del cine y se convirtió en fuente de inspiración de músicos españoles de otros géneros.

Los aragoneses somos herederos de un legado cultural de una gran riqueza en músicas, bailes, indumentaria, letras, tradiciones… que debemos conservar.